En tus veintes: la anticoncepción es una preocupación importante. Él usa condón *y* ella toma la píldora. El esperma es el enemigo.
En tus treintas: eres parte de la generación de los que se retiran.
En tus veintes: tienes complejos sobre tu cuerpo.
En tus treintas: las cosas están en realidad un poco más flácidas y panzonas de lo que alguna vez fueron, pero eso no te causa problemas.
En tus veintes: te preguntas sobre el sexo anal. ¿Quieres intentarlo? ¿O no? ¿Qué pasa con un dedo allí?
En tus treintas: tu política sobre el sexo anal está bloqueada, ya sea que estés a favor o no...
En tus veintes: todavía eres delicada en cuanto al sexo cuando tienes tu período.
En tus treintas: has aprendido a relajarte sobre la sangre y los fluidos corporales.
En tus veintes: tus fantasías son para tu tiempo a solas…
En tus treintas: compartes esas fantasías.
En tus veintes: él quiere tener más sexo que ella.
En tus treintas: ella quiere tener más sexo que él.
En tus veintes: él dice, “¿está bien? ¿Solo aquí?”
En tus treintas: ella dice: “Justo allí. Dios, ¡eso es BUENO!”
En tus veintes: cuando no tienes sexo en casa, tienes sexo en los autos y en los ascensores. Bueno, una vez en un ascensor.
En tus treintas: cuando no tienes sexo en la casa, tienes sexo en un hostal realmente lindo en Cornualles.
En tus veintes: si no lo ha planificado, un test de embarazo positivo es aterrador.
En tus treintas: si no lo has planificado, un test de embarazo negativo es agridulce.
En tus veintes: ella está más preocupada por mantener su vello corporal bajo control de lo que él lo está con el suyo.
En tus treintas: ella ha aceptado el arbusto espeso, mientras que él ha empezado a preocuparse por el vello rebelde. ¡SE ESTÁ SALIENDO DE SUS HOMBROS!
En tus veintes: todavía estás descubriendo lo que te excita y lo que te hace terminar.
En tus treintas: sabes exactamente lo que necesita hacerse, desde la estimulación previa hasta terminar.
En tus veintes: todavía podías escandalizarte.
En tus treintas: ya lo has escuchado todo antes.
En tus veintes: haces cosas que no sienten totalmente correctas, con personas que no son lo suficientemente amables.
En tus treintas: te preocupas más por cuidarte a ti mismo, que por el hecho de que cuiden de ti.
En tus veintes: tienes maratones de sexo, como… cinco veces en una noche.
En tus treintas: una vez por noche, cada dos noches, está bien.
En tus veintes: tienes sexo en la ducha y en la mesa de la cocina.
En tus treintas: tienes sexo en tu cama.
En tus veintes: te enamoras de tu amigo con derechos. Y es desgarrador.
En tus treintas: intentas enamorarte de tu amigo con derechos. Pero no lo puedes lograr. Y es desgarrador.
En tus veintes: te cuesta creer que la gente mucho mayor que tú, personas que no consideras atractivas, tengan sexo.
En tus treintas: sabes que todos lo están haciendo. Incluso las personas con las que nunca lo harías.
En tus veintes: el sexo con alguien que te gusta es una de las mejores formas de pasar 25 minutos.
En sus treintas: eso no cambia.
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