► Las peores 15 cosas que han pasado durante el #Sexo #Oral


1. Muerte por salchicha.

Una vez se me quedó atascado un anillo para pene en la garganta mientras hacía una mamada, y empecé a ahogarme. Pensé para mis adentros: “Ya está. Así es como voy a morir. Muerte por salchicha”. También empecé a pensar en mi funeral y en la gente preguntándole a mi madre qué me había pasado. Me empecé a reír tan fuerte con lo absurdo de la situación que el anillo se me desatascó.

2. El prepucio a jirones...
Tenía un piercing en el labret (debajo del labio), y un aro en forma de U con pinchos en los extremos para sujetarlo. Un día se la estaba chupando a mi novio y, cuando él fue a meterla más en mi boca, de alguna manera se le enganchó el prepucio en el anillo de mi labio. Una de las puntitas le desgarró la piel y la perforó. Tuve que quitarme la otra punta y tirar del anillo a través de mi labio y su pene. Al día siguiente dejé de llevar pinchos en los piercings.

3. El aspirador de vómito.

Mi novio y yo estábamos de vacaciones y decidimos retirarnos a nuestra habitación para pasar la noche. Habíamos bebido demasiado vino, pero aun así decidimos tener sexo oral. Vomité sobre su pene, y mi reacción inmediata fue succionar todo el vómito y volvérmelo a meter en la boca. Más tarde, él lo describió como una sensación de aspirador, y le pareció que molaba mucho. Lloré sin parar durante dos horas.



4. Fosas nasales a fuego vivo

Estaba haciendo la primera mamada de mi vida. En un momento de furia caliente, él empujó mi cabeza hacia abajo al alcanzar el clímax. Disparó su leche hacia la parte posterior de mi boca y a través de mi nariz, y acabó por quemarme totalmente las fosas nasales. Me retiré rápidamente y empecé a entrar en pánico y agitar las manos. Era asqueroso. Más tarde me enteré de que él no tenía ni idea de lo que había ocurrido.

5. La corrida.

Hace un par de semanas, mi chico me estaba comiendo lo de abajo. Llevaba ya un tremendo minuto, y yo me estaba corriendo como loca. Me di cuenta de que me iba a correr otra vez y sabía que iba a echar un chorro, así que intenté apartarle. Él se negó a moverse, y acabé corriéndome en su ojo. Se llevó un susto de infarto, pero acabamos riéndonos de todo aquello y se lo contamos a todos nuestros amigos.

6. El pajarito que come.

Me la estaba chupando un tío que, por ponerlo de alguna manera suave, era súper aventurero en la cama. Insistió en que me corriera en su boca. Cuando acabó todo solté unos cuantos suspiros audibles, y de pronto él me estaba echando mi propio esperma en la boca, como si fuera un pajarito . Me alimentó, literalmente, con mi leche. Él lo consideraba sexy, pero yo estaba horrorizado.



7. El estornudo accidental.

Le estaba haciendo una mamada a mi novio del instituto. Cuando se corrió estornudé, y me salió todo despedido de la nariz, en un hilo largo. Cinco centímetros de lefa y mocos colgaban de mi nariz. Por la fuerza de la costumbre, aspiré como si tuviera la nariz llena de mocos y se me volvió a meter todo en la fosa nasal. Acabamos histéricos perdidos.

8. Hips don’t lie.

Una vez me lo estaba chupando un tío, y mientras me corría empujé hacia arriba con las caderas y le rompí la nariz. Aún así acabó el trabajo, como un campeón.


9. La fuente de orina.

Cuando mi marido y yo nos comprometimos, se la chupé. Alcanzó el orgasmo y se corrió, y yo seguí chupándosela de todos modos. Él pensó que se iba a correr otra vez, pero acabó meándose en mi boca . Estaba totalmente avergonzado y pensó que yo iba a romper nuestro compromiso, pero llevamos cuatro años felizmente casados.



10. El himen sangriento.

Se lo estaba comiendo a mi novia cuando de pronto ella se apartó. Había una enorme mancha roja alrededor de mi boca y mi barbilla, y llegamos a la conclusión de que le había roto el himen mientras le daba placer. Lo más raro de todo es que ni siquiera sentí el sabor de la sangre hasta que ella me avisó.

11. El ladrón de postizos

Se la estaba chupando a un tío, y de pronto va él, me agarra el pelo y se pone a gemir. ¡Cuando me agarró el pelo me desgarró parte de un postizo! Se miró la mano y empezó a decir “¿qué es esto?”, pero yo se lo quité rápidamente de la mano y fui corriendo al baño.

12. La boca sucia.

El novio de mi mejor amiga se lo estaba comiendo y, lamentablemente, acabó con restos de papel higiénico en la boca porque ella no se había limpiado bien.



13. El chupador felino.

Esta chica y yo estábamos teniendo sexo y nos cambiamos de sitio para que yo pudiera comerle el coño. Ella estaba sentada en el sofá, y yo de rodillas. Mientras se lo comía, se acercó su gato y empezó a chuparme la polla. Fue… interesante.

14. El labio perdido.

Una noche estaba yo en postura de vaquera a la inversa, y el chico decidió empujarme hacia arriba y tirar de mí hacia su cara para que pudiera darme sexo oral. Lamentablemente para mí, uno de mis pies resbaló de la cama y mis partes más íntimas le cayeron en la cara. Cuando le cayó mi vagina en la cara había dos charcos enorme de sangre y faltaba un buen trozo de mi labio vaginal. Fue la peor noche de mi vida.

15. El abrazo de cara.

Yo llevaba un aparato dental con ganchitos en los laterales de los dientes. Mi novio de entonces me metió el miembro a las bravas, y cuando quiso ir a sacarlo se enganchó en mi aparato . Le desgarré una tira de cinco centímetros de polla y empezó a sangrar sin parar, como si hubieran masacrado a alguien.




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