1. Una puerta puede ser lo más irrelevante del mundo o la entrada a un mundo lleno de colores.
2. Pinta el fondo de tu librero para que llame la atención...
3. Crea un efecto súper llamativo separando los libros por tono.
4. Y puedes hacer lo mismo en tu clóset.
5. Elige una pared y conviértela en el punto focal del cuarto:
6. Concentra toda la energía en los textiles:
7. O déjale toda la chamba al tapete:
8. Usa el refrigerador como objeto decorativo.
9. Si uno de los cuartos es todo blanco, elige varios detalles de un solo color y llénalo de vida.
10. ¡Decora con borlas coloridas!
11. Deja que tus floreros lo digan todo.
12. Y lleva el color hasta la cocina…
13. Aprovecha cualquier espacio que tengas disponible…
14. Todo se puede personalizar.
15. ¿Quién dijo que menos es más?
16. Las cortinas pueden ser todo menos aburridas:
17. Sarapes + color = combo ganador.
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